El grupo no tiene relación con los traslados de nicaragüenses que está haciendo Panamá. Algunos de estas personas residían en Costa Rica.
SAN FRANCISCO – La Dirección de Migración de Costa Rica confirmó el jueves que unos 300 nicaragüenses, -entre ellos niños, mujeres y ancianos-, esperan en el sector fronterizo de Peñas Blancas para poder ingresar a Nicaragua debido a nuevas restricciones migratorias de ese gobierno para evitar más contagios del nuevo coronavirus.
La institución también dio a conocer que muchas de estas personas tenían algún trámite migratorio o residencia en curso en Costa Rica, pero han decidido abandonar ese país.
Los migrantes varados desde el sábado alegan que se les está negando el ingreso a su país, ya que las autoridades nicaragüenses les piden una prueba negativa de COVID-19 para ser admitidos. Ese requisito es nuevo y forma parte de una resolución emitida por el Ministerio de Salud de Nicaragua (MINSA), la cual exige que toda persona que quiera ingresar a Nicaragua debe presentar una prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) en un periodo no máximo a 72 horas.
Una nota de prensa emitida por MINSA y publicada en el portal oficial del gobierno, cita que los viajeros cuya prueba resulte negativa y no presenten síntomas relacionados al virus podrán tener libre movilidad en el país y que se les dará seguimiento por parte de personal sanitario durante 14 días.