Desde antes de las 9:00 de este lunes, cientos de fieles han comenzado a hacer fila para despedirse del Papa emérito Benedicto XVI, cuyo cuerpo se encuentra ya en la Basílica de San Pedro.
Ahí permanecerá hasta el próximo jueves 5 enero, cuando sus restos descansarán en las criptas vaticanas.
La capilla ardiente de Benedicto XVI ha sido instalada en la basílica vaticana. Ahí había celebrado su última misa pública como papa, el Miércoles de Ceniza de 2013. En aquella ocasión también vistió una mitra simple, aunque casulla morada. Ahora sus ojos están cerrados, hasta que Cristo le ordene abrirlos.
Mons. Diego Ravelli estuvo presente en todo el rito de recepción del cuerpo, a un lado de S.E.R. Mons. Georg Gänswein, tal y como S.E.R Mons. Piero Marini estuvo junto a S.E.R. Stanisław Card. Dziwisz cuando falleció san Juan Pablo II en 2005.

El cuerpo sin vida de Benedicto XVI entró a la basílica por un costado, casi frente a Santa Martha. Fue cargado por los sedarios pontificios, aquellos que empujaban la peana móvil en donde se trasladaba en sus últimas celebraciones papales. La Capilla Musical Pontificia Sixtina entonaba las Letanías de los Santos mientras los ceremoniosos pontificios, la Guardia Suiza y los canónigos del Cabildo de San Pedro acompañaban la procesión de entrada.
El cadáver fue dejado a un lado del Altar de la Confesión, junto al cirio pascual. S.E.R. Mauro Card. Gambetti, arcipreste de la basílica, roció con agua bendita e incienso el cuerpo del que fuera papa emérito.

Tras una celebración de la Palabra, que concluyó concluyó con el Padrenuestro, el cadáver quedó expuesto a los fieles. Que el buen Dios le dé descanso eterno.