Luis Manuel Berrios Juárez, cariñosamente “La Chelona” originario del Barrio Guadalupe, Chinandega, cumplió 49 años como instructor y guardavida de Cruz Roja, cada año, previo a la semana mayor del año viaja desde Managua donde trabaja y vive desde 1973 para cubrir en las costas y playas occidentales.
“Estoy aquí por el espíritu de servicio y eso lo mantiene a uno, fui un adolescente rebelde, use cola, colocho y afro y desde adolescente pertenezco al servicio de Cruz Roja” cuenta Berrios tras llegar la tarde de domingo desde Jiquilillo y la Bocana de Padre Ramos-El Viejo, donde atendió a miles de bañistas que ahí disfrutaron de las playas en este verano 2017.
Es hombre de muchas anécdotas. Cuenta que una ocasión lo confundieron como ruso y alguien vociferó en un bus que llegaba para comerse la comida de los nicaragüenses.
La experiencia inolvidable ocurrió en la guerra de insurrección en septiembre de 1978. La Guardia Nacional los colocó frente al paredón de La Calle-La Garnacha para fusilarlo, pero otro uniformado los salvó al indicarle al resto que estaban llegando periodistas.
Recuerda que cuando en los años ochenta el estero de Paso Caballos se unió con el mar hicieron cientos de rescates debido a que los bañistas caían en el alto oleaje a cada rato.
“La satisfacción es salvar una vida y no importa la edad, color, religión. En una ocasión salve a una adolescente, la muchacha estaba desnuda y la gente preguntó cosas burlescas que no vienen al caso porque para mí siempre, lo importante es salvar una vida” relató el experimentado instructor.
Todo un profesional
Su profesión es contador público, además de abogado, pero recalca que jamás dejara de proteger a los bañistas si hay riesgos en el ancho mar, estará ahí hasta que no pueda más.
“Berrios es muy respetado, es quien realiza la prueba a los guardavidas, además el mismo se sufraga los gastos para llegar a Chinandega y asistir a los visitantes a las playas, atentos a cualquier riesgo” cuenta su amigo socorrista Tomas Campos.